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En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos, vivía una niña llamada Odette. Desde muy pequeña había sentido una inquietud en su interior, una curiosidad que la impulsaba a explorar más allá de lo que sus ojos podían ver.

A diferencia de otros niños de su edad, no se conformaba con las respuestas superficiales que le ofrecían, sino que anhelaba descubrir el verdadero significado de las cosas.

Odette sabía que el conocimiento no solo se encontraba en los libros, en los adultos o en las enseñanzas de los maestros, sino que también había un vasto mundo interior por explorar. Un mundo donde las respuestas a sus preguntas más profundas esperaban ser descubiertas.

Capítulo 1: El despertar de la curiosidad

Desde muy temprana edad, Odette se dio cuenta de que tenía un mundo interior rico y lleno de posibilidades. Cada vez que cerraba los ojos, se encontraba sumergida en un océano de pensamientos, emociones y sensaciones. A medida que crecía, su curiosidad por entender este mundo interior se hizo más fuerte.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano a su casa, Odette se encontró con una anciana. Al mirarla a los ojos, Odette pareció ver en ellos todos los secretos del universo. Le produjo tanta intriga que se acercó con timidez y le preguntó:

– «¿Cómo puedo descubrir el conocimiento interior?».

La anciana sonrió y le respondió:

– «Querida niña, el primer paso es aprender a escuchar y aprender a escucharte. Escucha los susurros del viento, el canto de los pájaros y el latido de tu propio corazón. En cada uno de estos sonidos, encontrarás una pequeña porción de sabiduría».

Inspirada por las palabras de la anciana, Odette decidió emprender un viaje hacia su interior, hacia el autoconocimiento. Decidió que, poco a poco, se sumergiría en la lectura de libros sobre Filosofía, Psicología, ciencia, etc y que aprendería técnicas de meditación y reflexión para que le ayudaran a explorar las profundidades de su mente y conectar con su verdadero ser.

Sabía que, a medida que  se adentrara en su viaje interior, se encontraría con obstáculos y limitaciones que iban a desafiar su determinación. Pero no le importaba, no se iba a dejar vencer por sus propios miedos e inseguridades. Con valentía y perseverancia, se enfrentaría a sus miedos y rompería las barreras mentales que le impidieran alcanzar un mayor grado de conocimiento y comprensión.

Os adelanto que con años de exploración y aprendizaje, Odette experimentó un despertar de conciencia. Se dio cuenta de que el conocimiento interior no es algo que se pueda alcanzar de forma definitiva, sino que es un viaje constante de autodescubrimiento y crecimiento personal. En este despertar, Odette comprendió que el camino hacia el conocimiento interior es único para cada individuo, y que solo a través del amor, la compasión y la conexión con uno mismo y con los demás, podía encontrar un verdadero significado en su búsqueda. Pero esto es el final de su viaje y aún queda mucho por contar…

 

Continuará…

 

Irene Candelas

Psicóloga Familiar

Irene Candelas

Psicóloga

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