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El amor condicional: Una mirada profunda a sus implicaciones psicológicas y cómo afecta nuestras relaciones.

El amor es un sentimiento complejo y multifacético que desempeña un papel fundamental en nuestras vidas. Sin embargo, existe una forma de amor que puede tener repercusiones significativas en nuestras relaciones y bienestar emocional: el amor condicional.

 En este artículo, exploraremos en profundidad qué es el amor condicional, cómo se manifiesta y las implicaciones psicológicas que conlleva. Comprender este tipo de amor nos permitirá reflexionar sobre nuestras propias experiencias y establecer relaciones más saludables y satisfactorias.

El amor condicional es una de las características más comunes en las personas que se sienten deprimidas sin llegar a presentar síntomas completamente clínicos. Un problema que deja cicatrices y bolas de emociones no digeridas difíciles de curar, que permanecen en la mente y la pueblan de pensamientos negativos de inutilidad.

Este problema suele empezar en la infancia, donde a muchas personas sus padres les enseñaron que su valía como seres humanos depende de su rendimiento, incluso, en los casos más drásticos, que sus padres les quisieran o no les quisieran era algo completamente condicional. Estos niños lo que experimentaban era justo lo contrario del amor incondicional: a veces los colmaban de elogios y a veces presumían de sus hijos ante todos sus amigos, pero esos mismos padres eran los que a veces se avergonzaban de ellos o expresaban una profunda decepción en algunos casos extremos.

Estos niños crecieron dándose cuenta y aprendiendo que su valor como ser humano depende de su rendimiento. Y eso, en cierto sentido, tiene sentido, ¿verdad? Porque si pensamos en el refuerzo positivo y en cómo se enseña a los niños, queremos enseñar a todos los niños hasta cierto punto que algunas cosas son buenas y otras malas, que mi aprobación de un niño tiene absolutamente que ver con su comportamiento. Queremos recompensar algunos comportamientos y desalentar otros. Pero, por lo general, en una relación parental sana, subyace a ese refuerzo del comportamiento una especie de sentido completo de aceptación incondicional de que, por muy mal que te comportes, sigo pensando que tienes un valor intrínseco como ser humano y mereces amor por el simple hecho de existir.

Si este problema permanece hasta la etapa adulta entonces, lo que nos encontramos, es un problema en gran potencia, ya que, si mi valor depende de mi rendimiento como ser humano y la fastidio y me equivoco, entonces ¿qué voy a pensar de mí mismo? Pues pensaré que soy inútil y poco capaz, y entonces será muy, muy difícil volver a intentarlo, ¿verdad?

Porque normalmente cuando las cosas no van como queremos es cuando tenemos que esforzarnos más y trabajar el doble para compensarlo. Pero para las personas con el problema del amor condicional, cada vez que cometen un error, su sentido interno de sí mismos se desmorona, y una vez que su sentido interno de sí mismos se desmorona, es muy difícil para ellos arreglar las cosas, porque en lugar de confiar en sí mismos, en lugar de tener fe en sí mismos, pierden la esperanza.

Y una vez que pierdes la fe en ti mismo no puedes solucionar el problema y si no puedes solucionar el problema tu rendimiento empeora, y cuanto peor es tu rendimiento, menos confianza tienes en ti mismo y peor te sientes contigo mismo, quedando atrapado en este círculo vicioso de “la he cagado, así que no valgo nada” y “porque no valgo nada, no puedo hacer nada”; así que la acabas fastidiando aún más, más rápido, y durante más tiempo.

Esto lo vemos en situaciones donde los hijos a veces abandonan la escuela secundaria o la universidad o no encuentran un buen trabajo después de ésta, y realmente puede ser muy poco lo que inicie este círculo vicioso, pero una vez que la gente se ve envuelta en él, puede ser muy difícil salir.

Entonces, ¿cómo saber si has caído en ese círculo? Hay un par de preguntas sencillas que te puedes hacer. La primera es: ¿depende tu valía de tu rendimiento como ser humano? ¿Crees que tienes valor intrínseco más allá de lo que hagas o dejes de hacer? Y si sí crees que tienes valor intrínseco, sé honesto contigo mismo. Todos queremos creer que todos los seres humanos son valiosos, pero a menudo la gente, con el problema del amor condicional, da a otros seres humanos el beneficio de la duda y podrán decir, “oh, sí, esa persona de ahí tiene valor intrínseco como ser humano”, pero, a puerta cerrada, su mente se dice a sí misma que “da asco porque no fue capaz de rendir bien”.

Otra pregunta que te puedes hacer a ti mismo es cuestionarte ¿cómo fue tu educación?. En las personas con este tipo de problemas hay una experiencia de crianza muy común, caracterizada por los clásicos padres tigre: exigentes y estrictos. Algunas personas, cuando crecen, tienen padres que realmente conciben a sus hijos como trofeos. Y si el niño hace un buen trabajo, presumirán ante todos sus amigos de lo increíble que es, pero se enfadarán mucho con él o se avergonzarán de él si no rinde. Y esto se observa especialmente en este argumento de: tu valor como ser humano depende de si eres un médico, depende de si vas a la mejor universidad o a la mejor escuela de abogacía.

También se distingue este patrón en los niños superdotados, estos niños cuyos padres están muy orgullosos porque, “oh, mi hijo es tan inteligente, está entre los mejores de su clase, es tan capaz, es tan listo que se ha saltado un curso”. Y así estos niños empiezan a aprender que mi valor como ser humano depende de que yo sea inteligente. Y lo que se ve con los niños superdotados es muy similar al problema del amor condicional, donde en el momento en que tienen un problema, empiezan a sentir que no son superdotados, pero toda su identidad se ha construido en torno a ser superdotado. Así que cuando surge un problema, se convierte en un círculo vicioso y acaban estancados.

Si estás pensando si sufres de esta problemática o no, te animo a que analices tu educación. ¿Cómo te trataron tus padres? ¿Sólo recibías elogios cuando hacías un buen trabajo y castigos cuando lo hacías mal? ¿O había un trasfondo de que, por mucho que te equivoques, te vamos a querer igual? Y la triste verdad es que mucha gente no creció con esta idea. Y lo que les queda es esta herida que vive en su subconsciente y luego puebla su mente consciente con pensamientos que les dicen que no valen nada porque no hicieron un buen trabajo. Que no valen nada porque no terminaron yendo a tal universidad y que realmente no son una buena persona porque hay otras personas mejores que ellos.

La buena noticia es que puedes desaprenderlo. Hay algunas técnicas que puedes hacer para volver casi atrás en el tiempo y digerir algunas de esas experiencias traumáticas en las que aprendiste que tu valor como ser humano depende enteramente de tu rendimiento. Y a medida que empieces a pasar por esas experiencias y las digieras, el problema del amor incondicional empezará a encogerse. Ese tipo de pensamientos dejarán de brotar en tu cabeza. Descubrirás que eres capaz de actuar con más facilidad, que en realidad no tienes que ser el mejor. Lo más importante es que tomes acción y des un paso adelante. Céntrate en tomar conciencia de que hay cosas que puedes hacer para desarrollar un sentido saludable de tu identidad, y crea oportunidades para aprender a amarte incondicionalmente. Puedes construir una autopercepción positiva, que te apoye, te amortigüe y te ayude a sentirte resiliente cuando las cosas no salen como deseas que salgan.

Espero que este artículo os acerque un paso más a poder romper con el patrón del amor condicional y poder así cultivar la capacidad de amar y recibir de manera incondicional, libremente, sin expectativas o condiciones impuestas.

 

Enrique de Castro

Psicólogo y Logopeda

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