Por Áurea Franco
Psicóloga y Logopeda
¿Te has pillado alguna vez hablándote a ti misma como si fueras tu propia entrenadora?
«Venga, Áurea, termina este párrafo y luego te tomas un café», me digo a veces. No lo pienso solo: me lo digo en voz baja. ¿Te suena? Esa vocecilla interior que nos recuerda lo que tenemos que hacer, que se enfada cuando nos equivocamos, que organiza nuestras ideas.
Pues bien, esa voz no nació con nosotros. Se fue construyendo. Y para muchas niñas y niños, ese desarrollo puede ir más lento o necesitar una ayudita.
Del balbuceo al pensamiento: ¿qué es el habla interna?
La habla interna es esa capacidad de pensar usando el lenguaje, sin necesidad de decirlo en voz alta. Nos permite planificar, resolver problemas, regular nuestras emociones y mantener la concentración.
Según la psicología del desarrollo (¡gracias, Vygotsky!), al principio los peques piensan en voz alta: cuando están jugando, repiten instrucciones, se hablan a sí mismos. Poco a poco, esa habla se va «internalizando» hasta quedarse en la cabeza… como si silenciaran el altavoz.
¿Y si ese proceso va más lento?
En mi trabajo como psicóloga y logopeda, veo muchos casos de niñas y niños que tienen dificultades para desarrollar esta voz interna. A veces les cuesta planificar una tarea, seguir instrucciones complejas o regular la frustración.
Y no, no es que no quieran portarse bien o que “se despisten por todo”. Es que su herramienta para guiarse aún no está afilada del todo.
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Claves para fomentar el pensamiento verbal interno
🔹 Hablar en voz alta mientras hacemos algo
Sí, como si fuéramos tutoriales andantes: «primero pongo los zapatos, luego cojo la mochila y después cierro la puerta». Esto modela el lenguaje organizador que luego interiorizan.
🔹 Nombrar emociones y acciones
«Veo que estás frustrado porque la torre se cayó», en lugar de solo «no llores». Dar palabras a lo que sienten ayuda a construir pensamiento.
🔹 Usar cuentos con diálogo interior
Personajes que piensan en voz alta son grandes maestros del pensamiento interno: “Entonces el osito pensó: ¿Y si pruebo con otro palo más largo?”.
🔹 Juegos de instrucciones secuenciales
Tipo “Simón dice”, recetas, pistas en una búsqueda del tesoro. Todo lo que implique retener y secuenciar lenguaje fortalece esta función.
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¿Y si no se da de forma natural?
En algunos casos, el desarrollo del pensamiento verbal interno se ve afectado por condiciones como los trastornos del lenguaje, TDAH o dificultades de función ejecutiva. Aquí, el rol de un/a logopeda o psicólogo/a es clave para diseñar estrategias personalizadas.
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Conclusión: ayudar a pensar, no solo a hablar
El habla no es solo para comunicarse con los demás, también es nuestra brújula interna. Ayudar a un niño o niña a desarrollar su pensamiento verbal es darle herramientas para pensar mejor, para entenderse, para calmarse, para aprender.
Y si algún día les pillas murmurando mientras se atan los zapatos, no los mandes callar. Están pensando en voz alta. Están construyendo su mente. Y eso, créeme, es música para un logopeda.