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Cuando nuestros hijos son pequeños y comienzan a andar, nos parece fundamental enseñarles cómo los semáforos regulan el tráfico. Si está en verde podemos avanzar y si está en naranja o en rojo, debemos esperar. Así evitamos que crucen cuando está en rojo y que les pueda pasar algo si viene un coche muy rápido.

De la misma manera, cuando empiezan a ser más mayores, les podemos explicar que el semáforo también nos sirve como regulador emocional. Al igual que controla el tráfico, nos ayuda a controlar nuestras emociones. Os lo vamos a explicar con un ejemplo:

“Me he enfadado mucho porque un compañero me dió un balonazo con la pelota mientras jugaba al fútbol”.

Mi primer impulso podría ser correr hacia él y gritarle, preguntándole por qué me ha pegado e incluso podría llegar a pegarle. Pero… vamos a pensar en nuestro semáforo:

– Primero, nos lo encontramos en ROJO, debemos PARAR. Igual que cuando paramos ante un semáforo en la calle, debemos parar para que no nos atropelle todo nuestro enfado. Así, vamos a evitar gritar y pegar a nuestro compañero, lo que luego nos haría sentirnos mal.

Mientras estamos en rojo, vamos a intentar relajarnos, podemos respirar, irnos a un lugar más tranquilo donde nadie nos moleste, … lo que a cada uno nos sirva para tranquilizarnos.

– Cuando ya estamos mejor, el semáforo pasa al color NARANJA, debemos PENSAR. Es el momento de pararnos un momento y pensar, ¿qué es lo que ha pasado? Igual nuestro compañero no se ha dado cuenta de que estábamos allí o nos ha dado sin querer.

– Después de pensar y llegar a nuestra conclusión, pasamos al color VERDE, con el que PASAMOS A LA ACCIÓN. Ahora, ya podemos ir a nuestro compañero y en vez de gritarle o pegarle, le podemos decir que nos ha dado y nos ha molestado. Si hemos pensado que lo ha hecho queriendo, podemos ir al profesor o a la profesora y decirle lo que ha pasado.

¿Os animáis a ponerlo en marcha? Esperamos que os ayude en vuestro día a día y si no, no dudéis a poneros en contacto con nosotros, para trabajar la regulación emocional de manera más específica, mediante otras técnicas.

 

María Sánchez

Psicóloga y Logopeda

María Sánchez

Psicóloga y Logopeda